Por Iciar Recalde
Ayer nomás, recordábamos el natalicio de ese enorme nacionalista que fue Don Arturo Jauretche. Hoy, se cumplen 46 años de la partida de John William Cooke, Diputado Nacional del Peronismo y, en la primera etapa de la Resistencia, Delegado personal de Perón en el país. Exponente brillante del ala “izquierda” de nuestro Movimiento, su definición del Peronismo continúa profundamente viva en la actualidad: “Es el hecho maldito del país burgués.” Cooke: el hombre que se atrevió a discutir con el mismísimo General. El hombre que nos legó un modelo de intelectual y de militante que debería ayudarnos hoy a los peronistas, marcarnos un camino: atado a las convicciones, al sentido heroico de la vida, a la épica que alienta la conquista de la política como tarea noble. Distante de las conveniencias al uso y del oportunismo de las tácticas más o menos berretas. Cooke y Jauretche mantuvieron una buena relación, no exenta de marcadas diferencias. Le escribe Jauretche el 9 de agosto de 1957, seguramente, rememorando su participación en el levantamiento de Paso de los Libres: “Ten cuidado de no cerrarte en una posición ideológica que no consulte la realidad social del país y las posibilidades de poder que constituyen el objetivo de la política, cosa que he aprendido tarde por hacerme el doctrinario y ésta es una experiencia que te regalo, ya que estás a tiempo." El cuestionamiento de la metodología de la violencia que esgrime a Cooke, se extiende a Perón. Para Don Arturo, la estrategia de Perón era insensata: "En una carrera de jacobinos enfrentados ganarán los que tienen el instrumento del poder en las manos. Es un disparate plantearlo con una fuerza multitudinaria sin disciplina, sin jerarquía y en plena improvisación." (Carta del 15 de Octubre de 1956) Indudablemente, un visionario de pata al suelo que daba cuenta de la insuficiencia del análisis político que respaldaba a la salida armada: "Las instrucciones que llegan continuamente (desde Madrid) tienen la misma puerilidad de las instrucciones anarquistas y comunistas de la época romántica... macaneo trosko malatestista de quien por otra parte no cree en el planteo social revolucionario y, si ignora su imposibilidad local, no puede ignorar su imposibilidad internacional." (Ibídem) La distancia que toma Jauretche respecto de Cooke (y de Perón) en los primeros años de la Resistencia se profundiza con su crítica radical a las Organizaciones Especiales alentadas por el General desde el exilio. Sin lugar a dudas, esta crítica de Jauretche es similar a la que venía esgrimiendo hacia la intelligentzia: imponer esquemas ideológicos a la realidad nacional, dificulta su entendimiento y la posibilidad de transformarla. Sabía, además, quienes eran los verdaderos beneficiarios de la dinámica política violenta: "La fuga de la realidad es útil a los extremos reaccionarios que los pícaros liberales administran para la represión de que ellos son los únicos beneficiarios. Convertir al país en Vietnam es el ideal de muchos izquierdistas, pero más lo es de los liberales a la brasileña y, desde luego, de algunos ‘nacionalistas' (...) que detrás de la palabra ‘nacionalismo' han encontrado una cómoda careta para satisfacer sus tendencias parapoliciales." Lamentablemente, su prédica fue poco escuchada, se trata casi de una pre anunciación de la tragedia: “El día en que la represión pase de la policía a la milicia, el Ejército no procederá indagando justicia y razón. Si hay tiroteo en una manzana, fusila a toda la manzana. Es decir, esa minoría reducida de chiquilines combatientes ¿va a sobrevivir si liquidan a cinco o seis mil de entrada y meten en un campo de concentración a otros diez mil?" Mucha agua ha pasado debajo del puente. Lo que está claro es que ninguno de nuestros patriotas, ni Don Aturo ni el Bebe ni tantos otros, ilustres ellos o más o menos anónimos pero que están bien puestos en el subsuelo de la Patria, descansarán el sueño de los justos hasta que no dejemos de ser “el gigante invertebrado y miope” y hasta que no resolvamos la respuesta al interrogante que planteó Cooke a Perón y que, de cara al 2015 continúa produciéndonos además de cierto sentimiento de orfandad, un profundo sinsabor: "Cuando usted ya no esté, ¿qué significará ser peronista?"
Ayer nomás, recordábamos el natalicio de ese enorme nacionalista que fue Don Arturo Jauretche. Hoy, se cumplen 46 años de la partida de John William Cooke, Diputado Nacional del Peronismo y, en la primera etapa de la Resistencia, Delegado personal de Perón en el país. Exponente brillante del ala “izquierda” de nuestro Movimiento, su definición del Peronismo continúa profundamente viva en la actualidad: “Es el hecho maldito del país burgués.” Cooke: el hombre que se atrevió a discutir con el mismísimo General. El hombre que nos legó un modelo de intelectual y de militante que debería ayudarnos hoy a los peronistas, marcarnos un camino: atado a las convicciones, al sentido heroico de la vida, a la épica que alienta la conquista de la política como tarea noble. Distante de las conveniencias al uso y del oportunismo de las tácticas más o menos berretas. Cooke y Jauretche mantuvieron una buena relación, no exenta de marcadas diferencias. Le escribe Jauretche el 9 de agosto de 1957, seguramente, rememorando su participación en el levantamiento de Paso de los Libres: “Ten cuidado de no cerrarte en una posición ideológica que no consulte la realidad social del país y las posibilidades de poder que constituyen el objetivo de la política, cosa que he aprendido tarde por hacerme el doctrinario y ésta es una experiencia que te regalo, ya que estás a tiempo." El cuestionamiento de la metodología de la violencia que esgrime a Cooke, se extiende a Perón. Para Don Arturo, la estrategia de Perón era insensata: "En una carrera de jacobinos enfrentados ganarán los que tienen el instrumento del poder en las manos. Es un disparate plantearlo con una fuerza multitudinaria sin disciplina, sin jerarquía y en plena improvisación." (Carta del 15 de Octubre de 1956) Indudablemente, un visionario de pata al suelo que daba cuenta de la insuficiencia del análisis político que respaldaba a la salida armada: "Las instrucciones que llegan continuamente (desde Madrid) tienen la misma puerilidad de las instrucciones anarquistas y comunistas de la época romántica... macaneo trosko malatestista de quien por otra parte no cree en el planteo social revolucionario y, si ignora su imposibilidad local, no puede ignorar su imposibilidad internacional." (Ibídem) La distancia que toma Jauretche respecto de Cooke (y de Perón) en los primeros años de la Resistencia se profundiza con su crítica radical a las Organizaciones Especiales alentadas por el General desde el exilio. Sin lugar a dudas, esta crítica de Jauretche es similar a la que venía esgrimiendo hacia la intelligentzia: imponer esquemas ideológicos a la realidad nacional, dificulta su entendimiento y la posibilidad de transformarla. Sabía, además, quienes eran los verdaderos beneficiarios de la dinámica política violenta: "La fuga de la realidad es útil a los extremos reaccionarios que los pícaros liberales administran para la represión de que ellos son los únicos beneficiarios. Convertir al país en Vietnam es el ideal de muchos izquierdistas, pero más lo es de los liberales a la brasileña y, desde luego, de algunos ‘nacionalistas' (...) que detrás de la palabra ‘nacionalismo' han encontrado una cómoda careta para satisfacer sus tendencias parapoliciales." Lamentablemente, su prédica fue poco escuchada, se trata casi de una pre anunciación de la tragedia: “El día en que la represión pase de la policía a la milicia, el Ejército no procederá indagando justicia y razón. Si hay tiroteo en una manzana, fusila a toda la manzana. Es decir, esa minoría reducida de chiquilines combatientes ¿va a sobrevivir si liquidan a cinco o seis mil de entrada y meten en un campo de concentración a otros diez mil?" Mucha agua ha pasado debajo del puente. Lo que está claro es que ninguno de nuestros patriotas, ni Don Aturo ni el Bebe ni tantos otros, ilustres ellos o más o menos anónimos pero que están bien puestos en el subsuelo de la Patria, descansarán el sueño de los justos hasta que no dejemos de ser “el gigante invertebrado y miope” y hasta que no resolvamos la respuesta al interrogante que planteó Cooke a Perón y que, de cara al 2015 continúa produciéndonos además de cierto sentimiento de orfandad, un profundo sinsabor: "Cuando usted ya no esté, ¿qué significará ser peronista?"
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